Minería ilegal aumenta en Colombia

Minería Ilegal: el gran enemigo de la naturaleza

La minería ilegal no para de crecer en Colombia. Según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés) esta explotación del subsuelo sin ningún tipo de permisos, ni cumplimiento de la normatividad ocupó 69.123 hectáreas del territorio colombiano en 2022; un 8% más a lo que se había registrado en 2021.

 

La crisis es bastante diciente si se observa que la totalidad de la minería en Colombia (legal e ilegal) cubre 94.733 hectáreas de Colombia. Es decir que la minería ilegal representa el 73%.

 

Este fenómeno de la minería ilegal se presenta, en su mayoría, en territorios de las comunidades negras, principalmente en el departamento del Chocó. Y lo más preocupante es que la mitad de esta actividad ilegal se realizó en áreas ambientalmente protegidas, principalmente en zonas de reserva forestal. Zonas que, jurídicamente, están excluidas de este tipo de actividades.

 

Las reservas más afectadas por la minería ilegal se encuentran en la Reserva Forestal del Pacífico, le sigue la Reserva Forestal del Magdalena y finalmente la Reserva Forestal de la Amazonía.

Además este fenómeno ilegal converge con otras actividades criminales, como por ejemplo el narcotráfico. Según este reporte, de los 10 municipios con más presencia de minería ilegal, en 8 se presentan cultivos ilícitos de coca: Cáceres, Zaragoza, Nechí, El Bagre, Nóvita, Istmina, El Cantón de San Pablo y Río Quito.

 

Esta confluencia de distintos fenómenos criminales muestra, primero una incapacidad del Estado en hacer presencia y hacer valer su soberanía en estas regiones apartadas y segundo, que el crimen organizado desarrolla sus ilícitos de manera complementaria.
Muy posiblemente se obtienen ganancias con el narcotráfico y ese dinero es lavado con las actividades mineras, puesto que, aunque lo explotado proviene de una actividad ilegal, en sí el producto no es ilegal y puede comerciarse mucho más fácilmente que los estupefacientes.

Aguas turbias: La contaminación fluvial en manos de la minería ilegal

La minería ilegal de aluvión

De toda la minería ilegal, se puede decir que la que más daño le hace al medio ambiente es la minería de oro y sobre todo aquella que se realiza en los ríos de Colombia.

 

Según la UNODC, este tipo de minería está afectando más de 4.000 kilómetros de tramos fluviales en distintas regiones de Colombia, como la Amazonía, la Orinoquía, Putumayo, Caquetá y una importante hidrografía del Chocó.

Crea (mala) fama y échate a dormir

En general, la imagen de la minería se ha degradado gracias a todo el daño que le hace al país la minería ilegal. En otras palabras, están pagando justos por pecadores.

 

Se ha creado una visión general de que la minería produce daños irreparables para el medio ambiente, pero es preciso indicar que esto es una consecuencia exclusiva de la minería que se realiza sin ninguna consideración a las normas ambientales, mineras y laborales.

 

Toda minería que se hace de manera legal tiene un plan de manejo ambiental que no solo busca reducir el impacto ambiental, sino que además crea el plan de recuperación de los territorios afectados.

 

La minería legal tiene una gran cantidad de permisos que solo pueden obtenerse con estudios técnicos que garantizan una extracción cuidadosa y ambientalmente sostenible.

Además de que el Estado garantice una presencia mayor en estas regiones apartadas y olvidadas por la institucionalidad, una parte de la solución para combatir la minería ilegal es por medio de impulsar la legal: que el Estado y las autoridades ambientales y mineras busquen la manera de que en las regiones donde se encuentren estos minerales apreciados, puedan ser explotados de la mejor manera y con un plan ambiental a futuro que garantice un impacto menor en los ecosistemas colombianos.

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