La minería es una de las actividades económicas más importantes en Colombia, al generar importantes ingresos para el país y empleo para sus habitantes. – La minería en Colombia y la biodiversidad van de la mano
La minería legal se ha preocupado constantemente por mejorar sus prácticas responsables y sostenibles con el fin de minimizar el impacto ambiental que genera cualquier actividad y proteger la biodiversidad. Esto tendrá un beneficio para los ecosistemas y comunidades locales.
Presentamos algunas cifras y datos que respaldan esta afirmación:
Uso del agua y la minería de Colombia
El sector minero es uno de los que menos huella hídrica tiene, incluso reduciéndola desde 2016.
La minería es el cuarto sector que menos agua dulce consume, solo superándola el sector de servicios, de la construcción y de hidrocarburos.
Según el Estudio Nacional del Agua, del 2016 al 2022 el sector minero redujo en un 30% el consumo de agua dulce. Por ejemplo, Cerro Matoso desarrolla procedimientos de recirculación de agua que ha permitido reducir su consumo en un 23% desde 2016. Además, la empresa ha implementado programas de gestión de residuos sólidos y líquidos, lo que ha permitido reducir su generación y garantizar su adecuada disposición final.
La minería legal gestiona sus recursos utilizando el estándar internacional TSM (Hacia una Minería Sostenible – Toward Sustainable Mining) . Esto contribuye a un uso sostenible y beneficioso del recurso hídrico durante toda la cadena de operación. Además, el estándar también crea la metodología para identificar y gestionar los riesgos asociados al agua.
Esta gestión incluye la misma reutilización del agua en sus procesos productivos, la creación de embalses, la utilización de aguas lluvias, sistemas de tratamiento y el monitoreo de la calidad de el agua.
Se calcula que el 97% de las empresas mineras legales ya están cumpliendo con este estándar, augurando que la reducción del uso del agua continúe.
¿Carbón limpio? Es posible
Colombia es el quinto país del mundo que más carbón exporta, y si bien el mundo se dirige hacia las energías limpias, esta minería se ha puesto en la tarea de realizar sus actividades de manera ambientalmente sostenible.
Por ejemplo, la empresa Drummond ha venido desarrollando planes de sostenibilidad para reducir sus impactos ambientales: para 2021 alcanza a aprovechar el 79% de los residuos que genera; solo ese año intervino 1.205 hectáreas (más o menos unos 1.680 campos de fútbol) para la compensación forestal de la mina Pribbenow, plantó 63.839 árboles nativos y recuperó 144,06 hectáreas de las minas El Descanso y Corozo.
Además, a esta empresa le debemos la construcción del Embalse Paujil y la conservación de bosques y otros ecosistemas adyacentes desde 1996, que se ha convertido en un oasis en una región semidesértica.
Reforestación y conservación de bosques
La minería responsable en Colombia ha trabajado arduamente en la reforestación y conservación de bosques.
La empresa Cerrejón rehabilitó 3.901 hectáreas que hoy son vegetación secundaria alta y baja, que se va a convertir en bosque en los años siguientes gracias al trabajo de conservación y reforestación.
Por su parte, la empresa Drummond, desde que opera en el país, ha plantado más de 2 millones de árboles y tiene un plan para llegar a los 8 millones en los próximos años.
Cerro Matoso, por su parte, ha trabajado en la preservación de los bosques locales en más de 1.027 hectáreas, casi cuatro veces el área alterada. Solo en 2020, esta empresa plantó 62.000 árboles, un aumento del 32% respecto a 2019.
Las empresas mineras trabajan con comunidades locales. Incluyen el cultivo y siembra de especies arbóreas nativas. También se encargan del mantenimiento de los bosques. Todo esto forma parte del proceso de reforestación.
Protección de la biodiversidad con licencias ambientales
La minería en Colombia y la biodiversidad van de la mano, se ha trabajado en la protección y conservación de la biodiversidad.
Las empresas mineras y el minero colombiano llevan a cabo estudios y evaluaciones para identificar las especies de flora y fauna que se encuentran en las zonas de explotación minera, y toman medidas para evitar o mitigar cualquier impacto negativo en estas especies en zonas protegidas.
Digamos, Cerrejón ha establecido corredores biológicos y ha implementado programas de monitoreo de la biodiversidad, lo que ha permitido identificar y proteger especies amenazadas y en peligro de extinción.
Cerro Matoso, por su parte, ha implementado un programa de conservación de la fauna que incluye el monitoreo y protección de especies como el oso hormiguero y el puma.
Rehabilitación de territorios
La rehabilitación de las zonas donde hubo operación minera es clave para el cierre de un proceso minero exitoso y sostenible.
La minera Cerrejón, en sus reportes de finales de 2022, ya ha rehabilitado 4.700 hectáreas, con un promedio de más de 250 hectáreas rehabilitadas por año, lo que es lo mismo a unos 350 campos de fútbol.
La rehabilitación o restauración vegetal se hace de manera completa: la disposición de material estéril, preparación del terreno, la siembra de árboles, revegetalización, la creación de antemano de un banco de semillas, la participación de la misma comunidad, la creación de redes de viveros y la conservación de la fauna nativa.
Se calcula que el trabajo de rehabilitación desarrollado por Cerrejón, durante sus años de operación en Colombia, abarca la siembra de más de 2,2 millones de árboles de especies nativas.
Otro ejemplo exitoso es el de la minera Drummond que también ha hecho un gran trabajo en la incorporación de las áreas de operación terminada a los ecosistemas circundantes, llegando incluso a que estos territorios recuperados sirven como refugio de fauna silvestre.
En total, esta empresa ha rehabilitado más de 1.900 hectáreas y sigue sin parar con su labor.
En conclusión, “devastación” y “minería” no son sinónimos. Mucho menos cuando la actividad minera se realiza con buenas prácticas y teniendo especial atención al cuidado del medio ambiente y la biodiversidad en las zonas de explotación.
Artículo: La minería en Colombia y la biodiversidad van de la mano