La actividad minera ha demostrado ser un factor clave en el desarrollo de las regiones en los últimos 30 años, según un análisis demográfico realizado en los municipios mineros. La construcción de las pirámides poblacionales del DANE en estos municipios revela importantes cambios en la estructura demográfica a lo largo del tiempo, lo que refleja el impacto positivo de la minería en el desarrollo territorial. – Este es el impacto demográfico de la actividad minera

En primer lugar, se observa una reducción en la natalidad, esto se traduce en una menor proporción de niños en la población. Esta disminución está asociada a mejoras en los niveles de desarrollo de los municipios mineros. La presencia de la minería ha generado oportunidades laborales y económicas que han llevado a una mayor estabilidad en las familias y por ende, a una menor necesidad de tener hijos como medio de sustento.
En segundo lugar, se destaca una reducción en la migración de personas en edad de trabajar. Esto se debe a mayores oportunidades laborales y la generación de ingresos que ofrece la industria minera en estos territorios. La presencia de empleo formal y los encadenamientos productivos han hecho que las personas en edad de trabajar encuentren razones para quedarse en su lugar de origen, ayudando a fortalecer la economía local.
En tercer lugar, se ha observado un incremento en la población de edad avanzada, relacionándose con una mejora en la esperanza de vida. Este aumento demográfico refleja los avances en la calidad de vida de los habitantes de los municipios mineros. La inversión en infraestructura, servicios de salud y programas sociales financiados con regalías ha contribuido significativamente a cerrar las brechas en el acceso a servicios públicos, como la salud y el saneamiento básico. Además, se ha logrado reducir la inasistencia escolar, gracias al incremento en la cobertura de infraestructura educativa en estas zonas.
Los datos demográficos respaldan la importancia de la actividad minera en el desarrollo regional. La generación de empleo y los encadenamientos productivos han mejorado los niveles de vida de la población, pues se reduce la dependencia económica y se amplía la cobertura del acceso a servicios básicos y educación. Estos avances demuestran que la minería no solo tiene un impacto económico, sino que también impulsa el desarrollo social en las zonas de operación minera.
Diversos puntos de vista respaldan la relevancia de la actividad minera en las regiones y su contribución al desarrollo a lo largo del tiempo. Desde Somos Pro minería, basándonos en estos resultados, invitamos a las empresas mineras a seguir trabajando en políticas y acciones que fomenten un desarrollo sostenible y equitativo en las zonas de operación, gracias a los beneficios económicos y sociales que esta industria puede proporcionar al país.
Fuente: ACM
Artículo: El impacto demográfico de la actividad minera